Rosas para las Anas

Alla camino,aquì amo,



voy con un solo de piano

sobre las puntas de pètalos

que obervaron nacimiento prematuro, de nuestro amor,



miro la vida sin agujeros oscuros,

mis ojos son pentrados por los rayos de tu mirada,

sepultando alguna melancolìa acariciando làgrimas,





nacimiento, nacimiento,



¿Como nombrarte, alabarte?



Cuando alumbraste cercos de alambres, salvaciòn de terror,



descanso a la sombra de un amor,

estiro mi espalda,

ya casi el dolor ha desparecido, màs de otro dolor se irà,



debo confesar, quiero confesar, que soy feliz,



el lobo descansa,

la luz vibra,

mi alma transita en lugares brillantes,

amasando paz,



miro frutos de colores jamàs visto, jamàs sentido,

la dimensiòn del amar es indescriptible cuando amas

con la sinceridad de una ave al nacer,

con la ternura de una criatura al amamantarse de su madre,

con la solidaridad de un vuelo separado de alma, con alma,

sin podar alas,



amando, amando, amando,



me confieso culpable,

bandolero,

asumo mis pecados ante la sabidurìa de reconocerlos,



te amo rontundamente:



Mi querido Amor;



Esta es mi carta algo abtrascta, no muy terraquea, pero debo confesar, que hoy màs que nunca confirmo la magia de estar vivo, de mirar por mis ojos el amor que me tienes, lo noto, flota,

me rindo de espalda ante la tierra, tierra que hace nacer girasoles sin semillas errantes.



Quiero quedarme, quedarme, tener, tener, tener, eso, aquello, que es mèdula, centro sin erosiòn de tiempos quedados por la parsamonìa de un corazòn ciego, miro, siento, te amo.



Dame tu mano, esa mano grande, suave, cariñosa, ven caminemos con alegrìa, abramos ventanas, quitemos candados,
dejemos puertas abiertas para entrar, salir.

Ven a mi casa.