viernes, 25 de julio de 2008

Ding,dong, ding dong

Ding, dong, ding dong:

¿me ayudas con mis sabanas?

Tengo los pies frios;

¿apagas la luz por mi?


Ven tocame,
no quiero morir frio.
Siente mi susurro,
es sólo uno,.
Ven. Acercate màs.
No tengo fuerzas.

¿Logras descifrarlo?
No dice nada,
pero quizás entiendas
en el silencio
mi expiración.

Siempre de Madrugada

Siempre de madrugada.
Madrugada, madrugadora.

¿Debo hablar de mi dolor en metáfora secreta,
o callar,
o poner ojos de tonto?

Me carcome la desesperación
por ser amado.

Me hartas soledad,

sola, tan sola.
No quiero hablar de ti,
trivialidad que sangra,
carnavalesca ingrata.


Dame un beso,
pudre mis labios,
de tu amor podrido
me alimento.

Si.
Si estoy enfermo.
Déjame marear,
pisar los techos,
extenderme en locura vertical
seguiendo el rastro de tu amor.

¡Que más da!

Lo siento.
No tengo

palabras bonitas.

martes, 15 de julio de 2008

A esta hora de madrugada

A esta hora de madrugada
voy tragando calles
sin poder sostener mi alma.

No hay faroles viejos,
ni alcantarillas donde esconder
tristeza, tristeza,

genial tristeza.

Tristeza suave como niebla,
implacable como el amor.

A esta hora
bajo escaleras,
volteo por esquinas.
Mis pasos son escuchados
por gatos flacos
maullando la nada.

Me observan.

Mi piel cambia
desaparece.
La golpeo,
vuelve a golpes.
Estiro mis dedos,
el estomago acomoda
gases imaginarios.
Mi boca es un bostezo
Siguirè durmiendo.

Usted, sí usted
Vaya a dormir
Le presto mi esquizofrenia mental,
es leve de repente le hace perder.

Pero:
¿perder qué?
Venga, dígaselo
al oído a la pared,
al techo,
a una esquina.
Tendrá usted
algo que confesar.

Si claro todos tenemos
eso,

eso que se llama
conciencia, esa conciencia
altanera, orgullosa,
algo pedante que,
nos pone de rodillas
para nosotros buscar
alguna redención oscura,
gris,

algo apestosa.

Buen sueño,

sigo durmiendo.