sábado, 7 de marzo de 2009

Màs Rosas para las Anas

Mi dulce amor, cariño de mi alma;

Despues que nos despedimos comprè girasoles para tì, lleguè a casa como nunca haz querido visitarme inventè tu aroma en mi estancia,
es de jardines mojados por el rocìo de la madrugada, al igual de noches estrelladas con la luna naciente, como el niño que rie, como el caramelo de Domingo, como todas las energìas radiantes llenas de magia.

He comido en Sanborns el mismo plato que comì contigo la vez que fuimos, no pude sentarme en la misma mesa porque no estabas tu, y por momentos no estaba yo, estaba delicioso todo porque inventè que permanecìas cerca de mì, locuras lo sè, pero que importa porque en mi adentro sentìa que permanecìas.

No sè donde estàs, ni que haces, no sè que màs decirte en esta mi carta, pero habrà otro dìa, y màs otro dìa, habran muchos màs para verte.

Samuel

1 comentarios:

Blogger Marina Centeno ha dicho...

Desde el título se ofrece el verso impregnado de pureza, de la ternura del amor. Ese que poco a poco corrompe los olvidos y las soledades y nos hace dudar de la felicidad y del futuro. ¿Cuántas Rosas han de recibir las Anas antes de ceder irremediables a tu voz esa voz que suavemente suave dice te amo....te amo....te amo....? ¿Cuántas?

Esta voz poética que va paralela al llamado del silencio y la soledad, es una voz fresca y vigorosa que se ajusta a los parametros de poesía romántica y que ofrece un matiz nuevo con luminosidad y ternura....mucha ternura...tiernamente tierno...Poeta.

Saludos y enhorabuena.

8 de marzo de 2009, 10:03  

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