domingo, 4 de octubre de 2009

Mia Domingo y lluvia gris

La tarde lluviosa

miro gris desde mi ventana,

mi piel se enfria, se enfria,

Domingo estuviste en mi piel

besando mis besos en tu cuerpo,

ahora no estàs, pero estoy yo

con una espera lenta,

lenta hasta mirarte

aquellos ojos grandes

con tu mirada estampada

en mi alma.



No demores querida mia,

no demores,

que mi pecho revienta

con un corazòn

desesperado que crece, crece, sigue creciendo,

a punto de explotar por alguna leve caricia de tus parpados.



Ya sabes mi nombre buscame cuando llegues a puerto.

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