Patria y la Mia
Es la tarde panameña,
la tarde Mia, calurosa,
llena de esplendor
no quiero màs tardes lejanas
las quiero mias en mi Patria Panamà,
no quiero màs otras,
la amo, la sudo
recojiendo espigas en el viento
que golpean mi cara que dice presente
que dice y dice solo dice porque es mi suelo
que me viò nacer tantas veces, morir otras tantas
al ver partir la estela de aquellos viajes alucinantes
sin destino ni llegada,ni pago alguno,
paguè si mi peaje de perder cordura
al soltarme y sin caer al vacìo me fundì
con los mios dizfrados de nada, miedo falso,
astuto bandolero, estàs preso en un cajita de cartòn,
no hay suertes, fosforos, para incendiar las muecas
a la razòn.
Escucho las campanas
miro loros volar desde mi ventana la Via España,
el cerro Ancòn.
Con la dignidad firme, alegre
bandea mi Bandera valiente que hincha los corazones
panameños de orgullo y gallardìa por verla esbelta
maratonica ganando luchas.
Mi dulce dulce, dulzura mia,
es para tì, para tì,
el movimiento de mis labios
mi piel erizada al pensarte cercana
de mis abrazos, de mis sueños,
de mi cuerpo añejo
buscando fundirse sin limites
donde el alma nace y se vuelve tacto.
Ven, otra vez ven, que vengas ràpido,
que vengas lento, pero ven,
la patria tuya y yo te esperamos.
Te doy un beso, de esos besos, que son besos.
Cierro mis ojos,
me llamas loco, loco, màs loco que los locos,
un desquiciado por esperarte, por velar tu despertar,
por desearte, por querer amarte,
por ser un mimo en la cuerda floja
en un circo errante,
donde solo mi amor es la funciòn de teatro por quererte.
Dame tu mano.
Recuerda que mi nombre es Samuel,
al llegar a puerto me buscas.
la tarde Mia, calurosa,
llena de esplendor
no quiero màs tardes lejanas
las quiero mias en mi Patria Panamà,
no quiero màs otras,
la amo, la sudo
recojiendo espigas en el viento
que golpean mi cara que dice presente
que dice y dice solo dice porque es mi suelo
que me viò nacer tantas veces, morir otras tantas
al ver partir la estela de aquellos viajes alucinantes
sin destino ni llegada,ni pago alguno,
paguè si mi peaje de perder cordura
al soltarme y sin caer al vacìo me fundì
con los mios dizfrados de nada, miedo falso,
astuto bandolero, estàs preso en un cajita de cartòn,
no hay suertes, fosforos, para incendiar las muecas
a la razòn.
Escucho las campanas
miro loros volar desde mi ventana la Via España,
el cerro Ancòn.
Con la dignidad firme, alegre
bandea mi Bandera valiente que hincha los corazones
panameños de orgullo y gallardìa por verla esbelta
maratonica ganando luchas.
Mi dulce dulce, dulzura mia,
es para tì, para tì,
el movimiento de mis labios
mi piel erizada al pensarte cercana
de mis abrazos, de mis sueños,
de mi cuerpo añejo
buscando fundirse sin limites
donde el alma nace y se vuelve tacto.
Ven, otra vez ven, que vengas ràpido,
que vengas lento, pero ven,
la patria tuya y yo te esperamos.
Te doy un beso, de esos besos, que son besos.
Cierro mis ojos,
me llamas loco, loco, màs loco que los locos,
un desquiciado por esperarte, por velar tu despertar,
por desearte, por querer amarte,
por ser un mimo en la cuerda floja
en un circo errante,
donde solo mi amor es la funciòn de teatro por quererte.
Dame tu mano.
Recuerda que mi nombre es Samuel,
al llegar a puerto me buscas.
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