domingo, 9 de diciembre de 2007

Cuerpo

Mi cuerpo se arquea, y el dolor se hace grande, màs grande que el arqueo de mis huesos. Siento el baile de mis roturas sin ser evitadas por el horizonte que no espera llamadas, ni cuerpos o salidas mojadas de cataratas que siempre llegan como molinos extraños que destilan viento en cualquier botella. Sueños prometidos que llegan a traves del prozac, ginebra, o seco de mi patria nueva, que por virgen es invadida y por pequeña usada. Pero, pero, etc, etc.,... quizás, quizás,... El hubiera no existe y al final no existo.

Veré los últimos amaneceres con vestido verde, en mis eternos campos de girasoles, con campanas como ventanas, y mi amada, amada, amada màs amada, como campana que no timbra en mi casa cuando llega. Se va, y se va conmigo en su bolsa de domingo, donde no hay espacio ni para fósforos, ni lápiz labial, solo hay un espacio que dice que la amo, que la amo, que no la olvido, que no la olvido.

Así camina conmigo, en su bolsa de domingo, hasta llegar al campo que es su casa entre la víspera de nada,... Nada, nada soy y en algo que no soy quieres verter, en garrafa vieja, en barro y asta que vuela bandera,

hasta que el viento corte mis venas como tela que hilos detiene la roja mano... En mi carne gris, gris, gris como la tarde en que recuerdo el reloj amigo, el espejo canalla, la butaca torcida, el pez en su frasco de aceitunas que viaja, viaja...
Viajé el tiempo y en su lomo, recorro el casco viejo, la catedral, y las calles mojadas por turistas de pañuelos viejos, desteñidos... desteñido el mar que nubla mi vista, que cae en una cañería, en aterrizaje forzoso.

Estoy aquí, sigo y seguiré aquí.

El arroz es mi dueño, mi estomago el esclavo del arroz... Camino lento, lento hago el camino,
¿Qué puedo hacer cuando me lees, y sueño que lees?

Cuando giras el cuello como gaviota nocturna que espera al Búho, para mirar sus ojos, y seguir así... Así, hipnotizada por el camino de troncos viejos que todavía miran el clamor de orgasmos en aves, y el martillo del hombre malo, que corta, sangra, decapita el camino sembrado, entre pasteles.... carimañolas, y empanadas. Si, soy panameño, claro, oscuro, caminante por las calles chicas que mi vieron nacer, y me miran morir; puedo hacer fuentes que pasan sin agua ni color vivo. Ahora cavo mi tumba.

Muero,al final siempre muero, y me dejo morir.

Por favor , no me den vida eterna después de mi muerte; no quiero crucigramas de colores, ni caminos entre vidrios que confundan mi razón. Pero, dígame donde queda la farmacia del pueblo, para tomar el remedio que nace cerca del arroyo; por favor :toma mi mano, quiero nacer de nuevo, ver el cielo, como el niño desde su ventana, del libro lagrima escarlata que nació de mi... despierto, que me despierto, en tiempo equivocado,
¿tiene dolor de cabeza?
Aquí termino. Estamos cansados los dos.

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