Te escurriste bajo mi puerta; cenizas la guìa de un olvido, amor a destiempo escudriña piel naciente bajo sueño del quizàs, se fue la brisa disimulada cuando el salto se quedò en el intento,
no tengo la gloria de victorias màs la mente obliga al corazòn a tomar ruta como el ciego dando tumbos sin baston.
Ahora, ahora, ahora, el ahora es lo valioso, el pasado, pasado, pasado es, futuro, futuro, futuro es para lo que esperan un pasar, un milagro.
No espero que la vida me brinde, tomo a manos llenas cuando quiero, cuando quiero, cuando me da la gana de arrancarle mi felicidad, no ando como la sombra, ni como el vivo que hace la muerte la excusa perfecta para fallar un tiro certero sin valentìa ni recato de su alma, que alma es.
Me la juego, gano, si pierdo es a conciencia de un intento, no de una parsimonia cobarde.
Dulce boca, la boca dulce tuya
dejaste frangancia de madrugada
susurro sensorial
al darle la espalda a la luna roja,
al sol azul,
a las estrellas de un solo color,
el almìbar dejado agoniza
entre la piel de amantes complacidos
esos, aquellos, que haciendo el amor
desmembran su cuerpo de placer,
dame un olvido, quizàs un recuerdo,
dame tu risa,
porque ya no me queda nada.
Volteo la luz,
apago lamparas
corro cortinas.
Miro entre la oscuridad
imaginando tus orgamos
en mi boca.
Lo sè, el reloj sigue dañado
màs el tiempo no falla.
No tengo manzanas rojas para morder.